Mansour Mohammadian, Ph.D.
Profesor Emérito de Bioeconomía. Instituto de Ciencia Ambientales. Universidad Complutense.
Introducción
Mi primer objetivo es situar a la Biología como la ciencia madre de todas las perspectivas de economía-ambiente y sostener que, en consecuencia, la Bioeconomía permite investigar problemas complejos, interactivos y no-lineales que aparecen en la interface de sistemas biológicos y económicos. Es casi imposible entender la naturaleza de estos problemas sin implicar a la Biología como la ciencia fundacional de la empresa humana.
La Bioeconomía es una hoja de ruta cuyos principios podrían despertar y motivar un verdadero Homo sapiens sapiens (Mohammadian, 2000); es decir, un individuo con conciencia y sabiduría basadas en la ética, la reciprocidad y la empatía en sus actividades diarias. La Bioeconomía, además de lograr complementariedad entre los factores biológicos y económicos, tiene el empeño de complementar los factores económicos con las características no-económicas y pretende destacar lo que ha estado invisible en la práctica de la economía capitalista al objeto de hacerlo visible.
El sistema capitalista global requiere cambios en su fundamento teórico y práctico. Los cambios producidos por la globalización han ignorado las idiosincrasias sociales, políticas y culturales de los pueblos y como tal han obstaculizado la formalización de un modelo socioeconómico alternativo, basado en la teoría de la Bioeconomía en un intento de transformar un sistema económico injusto en un sistema socioeconómico innovador y justo.
Mi segundo objetivo es ejemplificar un modelo socioeconómico innovador y práctico fundado en la teoría y los principios de la Bioeconomía. Es decir, un modelo que rechaza la competición salvaje y el consumismo voraz que tantos desperdicios genera. Además, este modelo ofrece a la Humanidad implicarse en una empresa socioeconómica cimentada en la ética, la solidaridad y libre de egoísmo y corrupción. Es decir, la Economía del Tercer Camino (E T C) de la teoría de la Bioeconomía (Mohammadian, 2008). Además, como este modelo económico tiene varios puntos de vista sobre globalización y desarrollo sostenible, haré algunas reflexiones sobre estos tópicos de manera concisa. Tampoco se puede ignorar la crisis financiera ni la recesión económica y, de igual modo, trataré estos tópicos desde el punto de vista de la E T C de la teoría de la Bioeconomía, haciendo hincapié en cómo la puesta en marcha de este modelo podría prevenir catástrofes económico-financieras y sufrimiento para la población en el futuro.
El sistema económico global, con su teoría reduccionista neoclásica, ha demostrado no ser útil en la conquista del bienestar de la Humanidad en su conjunto ni en detectar los valores que podrían servirnos para lograrlo. Este sistema económico, aunque ha creado mucha riqueza para una minoría de la población, ha fallado sin embargo en la distribución, propiciando una mayoría pobre. He desarrollado La Economía del Tercer Camino para poder superar las debilidades del modelo neoclásico de la economía capitalista y enfatizar que la riqueza de una sociedad es más que su riqueza monetaria, medida por el PIB, y que lo que la Humanidad obtiene en términos de riqueza material no debería ser a expensas de su felicidad, su salud, las relaciones familiares, los valores afectivos y éticos, ni a cambio de los irreparables daños ocasionados a la Naturaleza.
Fueron nuestros propios antepasados quienes, con una ética de trabajo honesto y diligente, observaron estos valores y pusieron en práctica un estilo de vida austera. La competición agresiva propia de nuestro sistema económico debería ser complementada con la cooperación y las relaciones interpersonales. Si logramos introducir estos valores en nuestra actividad comercial, entonces podremos estar más cerca de conseguir la deseada sociedad sostenible.
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